Afirmación: la carne es tan mala como el azúcar. Pero probablemente no de la forma en que piensas. Muchas investigaciones sugieren que su lugar predominante en nuestra dieta es un factor contribuyente a la explosión global de la obesidad. Y no es sólo que comamos demasiado. También está conectado con la forma en que nuestro cuerpo lo digiere. Debido a que la proteína de la carne se digiere más tarde que las grasas y los carbohidratos, esto hace que la energía que recibimos de la proteína sea excedente, luego se convierte y almacena como grasa en el cuerpo humano. En este número de CINIB vamos a analizar el consumo de carne en nuestra dieta desde distintas vertientes.
*Sólo para socios del Club CINIB