Los alimentos procesados están diseñados científicamente para ser irresistibles. Son muy apetecibles, fáciles de consumir en exceso, gratifican de inmediato y, además, suelen ser económicos.
Este hecho dificulta en muchas personas poder controlar su ansiedad por comer y su alimentación en general. Son muchas las situaciones cotidianas en las que se consumen determinados productos con desenfreno y de forma compulsiva. Sirva como ejemplo el caso de las patatas fritas o el helado. A pesar de tener el firme propósito de comer tan solo unas pocas patatas o cucharadas de helado, a menudo ocurre que se acaba comiendo toda la bolsa y toda la tarrina. Según el Centro Integral de Nutrición Islas Baleares, clínica de Nutrición en Palma, este tipo de comportamiento tiene su explicación.
En realidad, es normal sentir que no se puede dejar de comer en exceso ciertos alimentos, ya que hay toda una industria dedicada a crear alimentos hiperpalatables (alimentos tan sabrosos que son casi irresistibles) que estimulen su ingesta continua. Por el contrario, alimentos saludables como las frutas y verduras no ejercen este poder de atracción. Posiblemente nadie se haya dado un atracón de calabacín a la plancha!.
Los alimentos procesados son alimentos que han sido modificados de su forma original para conseguir llegar a tantos centros de placer como sea posible (cerebro, boca, estómago…). En este contexto, el asesoramiento nutricional por parte de un nutricionista cobra especial importancia a la hora de gestionar la alimentación de manera saludable.
Estrategias de los alimentos procesados para inducir a comer más
1. Campañas de marketing que promueven el consumo de alimentos procesados y los identifican como “saludables”.
La presentación de los alimentos procesados está estudiada al detalle para resultar lo más atractiva posible al consumidor (ej. paquetes con colores brillantes, fotos de personajes de dibujos animados, personas famosas, etc.). En los últimos años se han acuñado términos que forman parte de una cuidada estrategia de venta, como orgánico, vegano o sin gluten, los cuales crean una falsa ilusión de salud y una sensación de autocomplacencia al consumir dichos productos. Por otra parte, la industria alimentaria desarrolla mensajes publicitarios que desencadenan asociaciones positivas, distraen de las sensaciones físicas y apelan a los sentimientos (ej. “Destapa la felicidad”, “Cuida tu salud digestiva” o “El placer de comer”).
2. Utilización de formatos grandes
Abundan los mensajes que invitan a comprar más por menos dinero y a no desperdiciar alimentos. SIn embargo, el formato grande no siempre es sinónimo de ahorro. La utilización de ingredientes de baja calidad posibilita a las empresas vender mayores cantidades de producto sin necesidad de aumentar el precio.
3. Amplia variedad de productos alimentarios a disposición del consumidor
La variedad de alimentos aumenta la sensación de hambre e incrementa la necesidad de un mayor consumo. Por el contrario, si se reduce la variedad de los productos a consumir disminuye la distracción de las señales que regulan el hambre. La falta de entusiasmo con la elección y los estímulos a la hora de comer pueden influir en que la ingesta de alimentos sea menor, más lenta y se realice con mayor atención.
4. Unión de múltiples sabores
La combinación de sabores, como por ejemplo, grasa y azúcar, invita a comer con ansiedad.
Por todo ello, CINIB recomienda evitar aquellos alimentos que contengan un exceso de calorías, sabor intenso y que sean fáciles de consumir (sin necesidad de masticar en exceso), así como solicitar la ayuda de sus especialistas en Nutrición en Mallorca. El objetivo de esta clínica de Nutrición en Palma es que analice la relación con la comida y establezca las pautas adecuadas para avanzar hacia un estilo de vida más saludable a través de un cambio progresivo de hábitos.
