A partir de la introducción del teletrabajo durante la pandemia como parte de las actividades laborales habituales, deberíamos preguntarnos si esta actividad puede ser un factor de riesgo más que contribuya al sobrepeso, especialmente en aquellas personas vulnerables.
El teletrabajo es una modalidad laboral en la que la tarea se permite realizar total o parcialmente desde la casa o lugar distinto a la oficina o de las instalaciones de la empresa, mediante el uso de tecnologías de la información y las comunicaciones.
Esta modalidad abre la puerta a una serie de desafíos para el bienestar de los individuos, sobre todo desde el punto de vista psicosocial. Este aspecto ya ha sido mencionado en la Encuesta Europea de Condiciones de Trabajo objetivando una mayor frecuencia de fatiga y ansiedad entre las personas que teletrabajan.
Como factores involucrados incluyen el aislamiento social que conlleva esta actividad laboral, que afecta de algún modo a la interacción personal y conlleva estrés y posiblemente. Estos factores también pueden influir en el bienestar emocional y en la disminución de las horas de sueño, aspectos todos ellos relacionados con el sobrepeso.
Desde otro punto de vista, existen estudios publicados sobre la influencia del teletrabajo en los hábitos nutricionales. El mayor consumo de alimentos ultraprocesados y la facilidad de acceder a la comida existente en cualquier momento en el domicilio, implica un exceso de consumo de nutrientes y un descontrol de los horarios de las ingestas, debido a que no se respetan los pausas regladas para realizar las comidas, induciéndose una predisposición al picoteo, hábito dietético poco deseables que tendrán consecuencias indeseables en el peso.
Además de los riesgos específicos para la salud emocional y nutricional señalados, el uso de dispositivos electrónicos conlleva un fuerte sedentarismo y una reducción de la actividad física global, hasta tal punto que elimina el ejercicio que se realiza durante el desplazamiento hacia el lugar de trabajo, por mínimo que este sea.
Por todas estas razones, podríamos concluir que el teletrabajo es una actividad que puede ser un factor negativo para mantener el peso.
Como centro de nutrición, para las personas que actualmente mantengan esta actividad laboral, recomendamos una serie de pautas que pueden disminuir el impacto del teletrabajo en se salud:
- Mantenimiento de una alimentación basada fundamentalmente en la dieta mediterránea con 4-5 comidas al día, sin picoteos y sin alimentos ultraprocesados.
- Planificar un ejercicio físico regular con una tabla de ejercicios básica,
- Abstenerse del uso de dispositivos electrónicos para conseguir un descanso nocturno reparador que contribuirá en alcanzar un buen estado emocional.
- Solicitar el consejo nutricional cuando no se consigue el control del peso a pesar de seguir estas recomendaciones.