La nueva dieta nórdica se basa en dos pilares básicos: el consumo de pescado, por supuesto, pero también en la filosofía eco-friendly
tan popular en Escandinavia desde hace décadas. Es decir, que el consumo de productos orgánicos y de cultivo ecológico (alimentos de temporada, de producción local y cultivados sin pesticidas) son el otro pilar de esta dieta. Y es que valoran tanto su propia salud como la del medio ambiente.
Las bases de la dieta
Tiene muchos puntos en común con la dieta mediterránea pero, en este caso, el aceite de oliva ha sido sustituido por el de colza (que proporciona más omega 3), y las frutas y verduras son las típicas que esa climatología tan dura les permite cultivar:
• Vegetales de raíz: patatas, remolachas, zanahorias, nabos...
• Coles: coliflor, repollo, brécol...
• Verduras de hoja verde: col rizada, espinacas, acelgas...
• Legumbres: lentejas, alubias...
• Manzanas y peras
• Bayas, que son muy típicas de los países nórdicos a partir de la primavera y que crecen libres en el campo: fresas, arándanos, frambuesas...
• Cereales integrales: especialmente centeno, cebada y avena
• Lácteos orgánicos y desnatados
• Champiñones y setas
• Pescados: el arenque y el salmón son los reyes, baratos y fáciles de encontrar en estos países y además procedentes de pesca responsable que no esquilma los fondos marinos
• Caza: alce, venado o reno son animales muy consumidos en Escandinavia, sus carnes son muy sabrosas y muy bajas en grasa
• Hierbas: especialmente el eneldo, la cebolleta y el hinojo.
En la base de esta dieta están las verduras, las semillas, las frutas y las legumbres. El pescado y la carne se deben consumir a menudo pero en porciones pequeñas.