En este momento, se considera a la obesidad como uno de los factores que pueden influir en las diferencias de mortalidad observadas. Por analogía con otras enfermedades respiratorias, la obesidad puede jugar un rol importante en la infección por COVID-19. Hay varios factores que podrían influir en el mayor riesgo de infección y complicaciones por COVID-19 en los pacientes con obesidad.
En primer lugar, la asociación de la obesidad con otras comorbilidades y una mayor predisposición a los fenómenos tromboembólicos que la población general. A lo largo de estos meses de pandemia, ha quedado acreditado que estos factores se asocian a una peor evolución de COVID-19. La obesidad aumenta el riesgo de complicaciones por infecciones respiratorias virales.
De hecho, durante la pandemia de influenza H1N1 de 2009 que afectó a zonas como California, el 91% de las personas que murieron padecían obesidad, por lo que el hecho de tener un IMC más alto se asoció a dicha mortalidad. Sabemos que en el caso de pacientes ingresados en las UCIs por SARS-CoV-2 con obesidad de clase 2-3(IMC>35kg/m2), dicha obesidad se identificó como un factor de riesgo independiente para la gravedad de la enfermedad.
De manera similar, los pacientes con diabetes tienen un riesgo aumentado de COVID-19 grave y mortalidad. Se han sugerido varios mecanismos que aumentarían el riesgo de complicaciones por infecciones virales en la obesidad y la diabetes tipo 2, incluida la inflamación crónica de bajo grado con sobreproducción de sustancias inflamatorias denominadas citocinas.
Un segundo factor que podría influir en la relación entre la obesidad, la diabetes y el aumento del riesgo de complicaciones es la modificación de enzimas celulares que provocan alteración en la vasoconstricción, la retención de sodio, la inflamación y la degeneración metabólica, causando edema pulmonar que dificulta el intercambio gaseoso. Las personas con obesidad también son propensas al síndrome de hipoventilación, enfermedades cardiovasculares, insuficiencia cardíaca y otras afecciones que podrían aumentar el riesgo de mortalidad por COVID-19.
Cuando se propone una cirugía bariátrica o metabólica electiva recomendamos que la detección de COVID-19 sea obligatoria antes de la operación para estos pacientes.